| Asunto: | [redluzargentina] El 'Llamado del Colibrí' reunio a los movimientos acuarianos de Iberoamerica | Fecha: | Viernes, 30 de Septiembre, 2005 19:45:12 (-0500) | Autor: | Programa Interredes <redanahuak @...............mx>
|
|
To: RedLuz <redluz@elistas.net>
Date: Fri, 30 Sep 2005 18:25:40 -0500
Subject: El 'Llamado del Colibrí' reunio a los movimientos acuarianos de
Iberoamerica
From: redacción <redaccion@portaldorado.com>
Septiembre de 2005
En una de las más importantes citas de este género celebradas hasta el
momento.
EL ³LLAMADO DEL COLIBRͲ REUNIÓ EN EL ALTIPLANO BRASILEÑO A LOS MOVIMIENTOS
ACUARIANOS DE IBEROAMÉRICA.
La Aldea de Paz es el espacio donde se reúnen diferentes ³tribus²,
diferentes redes afines e integradas con una misma voluntad de cambio,
tant
o
personal como colectivo. Un colibrí entusiasta y pregonero invitaba a esta
³aldea fuera del tiempo² desde la región central de Brasil.
Esta vez la lona era ancha, inmensa y cobijaba credos y culturas bien
diferentes. Calor intenso, lluvia a mares, virus insaciablesŠ no pudieron
con un millar de hombres y mujeres de todas las razas, conjurados a
levanta
r
una civilización definitivamente diferente.
Cuando los astronautas toman altura en sus vuelos espaciales observan una
zona de especial luminosidad, debido a que en su subsuelo se encuentra la
mayor placa de cristal cuarzo de todo el planeta. En ese privilegiado
enclave, en la región de Alto Paraíso, Estado de Goiás, entre el pasado 17
y
el 29 del Septiembre, se levantaron nuestras tiendas, se cruzaron nuestras
esperanzas.
El colibrí lanzó su llamado concretamente desde la ecoaldea de ³Flor de
Ouro², Municipio de Alto Paraíso, no lejos de la capital Brasilia, junto al
Parque Nacional de ³Chapada dos Veadeiros².
El gran evento trasnacional y transdisciplinar concitó alrededor de mil
personas del más variado origen cultural. Era la continuidad del ³Llamado
del Cóndor², un encuentro de similares características celebrado en
Septiembre del 2003 en Cuzco, en los Andes peruanos. Se trataba de alcanzar
entre todos unas visiones, unos propósitos y conceptos válidos para después
implementarlos en cada país y ³biorregión² (región natural) de forma
autónoma. Una Aldea de Paz como el ³Llamado del Colibrí o Besa-flor² es un
espacio neutro de convivencia, donde todos los participantes tienen la
mism
a
potestad, los mismos derechos y responsabilidades, donde las inspiraciones,
las ³propuestas de reconstrucción planetaria² y ³herramientas de
crecimiento² se comparten.
Todo se decide en círculo, el punto principal de conexión entre las redes.
La ³Aldea de Paz² trata de fomentar la conciencia de ciudadanía universal y
supone un excelente banco de pruebas de una nueva convivencia humana,
laboratorio donde se gesta una democracia directa, un nuevo mundo.
La instalación del campamento con todos sus servicios en una inmensa
explanada junto a la mencionada ecoaldea, había comenzado tres meses antes
de la cita. Voluntarios de diversos países habían acudido a un llamado
previo para preparar el terreno.
El 17 de Septiembre había ya una infraestructura elemental lista para
recibir el aluvión de campistas. ³La Tierra llama a sus hijos² rezaba la
convocatoria y sus hijos acudieron. Se acercaron de todos los continentes y
de más de treinta naciones. Además de la mayoría del país, con gentes
venidas tanto de las grandes ciudades como de la enorme red de comunidades
y
ecoaldeas brasileñas, había nutrida representación argentina, chilena y
mejicana. De nuestra península alrededor de medio centenar de personas
quisimos estar presentes en esa cita única.
Lona, madera y metal
La singular ³Aldea de Paz² estaba formada por cientos de pequeña ³carpas²,
tiendas de campaña, plantadas con esfuerzo en una tierra dura y
polvorienta
.
La Aldea holística, contaba con sus catedrales de lona, grandes carpas en
medio de la inmensa explanada, que junto con las escasas palmeras regalaban
las únicas y exiguas sombras en medio de una calor abrasador. Estas carpas
habían sido levantadas por los diferentes movimientos implicados y puestas
a
la disposición del evento.
La geografía de tela y madera se conjugaba con la de metal. Entre la
abundancia de tiendas ³iglús², destacaban en altura y color los grandes
espacios desmontables como la ³Geodésica de las artes² y la ³Tienda
galáctica², así como los camiones y autobuses de metal multicolor,
pertenecientes a las dos caravanas que habían confluido en el evento: ³Arco
Iris por la Paz² y ³Ahimsa². Ambos movimientos fueron los organizadores más
activos del evento.
Los servicios se habían levantado siguiendo escrupulosamente pautas de
bioconstrucción: duchas, sanitarios secos, lavanderíaŠ Había también
espacios de recepción, salud, cabañas de sudaciónŠPara las familias con
niños se preparó un campamento especial por nombre ³Flor das abejinhas²
Destacaba por su alegre color el edifico de la cocina, de forma circular y
construido con adobe. Las mujeres volcaron también toda su creatividad en
u
n
original y reducido campamento junto al río. Allí se retiraban para sus
reuniones exclusivas, así como para obtener un ambiente de reposo y
procura
r
asistencia en sus ³lunas² o menstruaciones. Junto al bosque se habilitó un
espacio especial construido con cañas, madera y barro para los indígenas
presentes en el evento. Llamaban la atención por otro lado, los sencillos
y
originales altares que levantaron algunas de las comunidades allí
presentes
.
Se distribuyeron también por el campamento cocinas tradicionales de barro
para quienes desearan prepararse su propia comida.
Algunos ³tipis² daban a esa geografía neo-hippie su impronta nativa. La
bandera universal por la paz de Nicolas Roerich, en la que aparecen las
tre
s
esferas que simbolizan la unión de arte, ciencia y espiritualidad, era la
enseña que se prodigaba por doquier. También se dejaban ver abundantes
banderas arcoiris, simbolizando la unión en la diversidad. En menor medida
asomaban los diferentes símbolos nacionales.
Entre la lluvia y el sol
Es difícil describir un día tipo en el campamento, pues cada uno de ellos
estaba cargado de una intensidad particular, con innumerables actividades
e
n
diferentes lugares y a cualquier hora del día.
La jornada comenzaba en realidad antes de rayar el alba, cuando una noche
s
í
y la otra también, el cielo descargaba toda su agua sobre una tierra aún
durmiente. Los sueños se quebraban y el descanso se acortaba con el
estruendo. Era el comienzo de la época de lluvias que se manifestaba sobre
todo en esas horas. Los cientos de pequeñas e indefensas tiendas eran
presa
s
de una lluvia torrencial, impenitente. Pero las numerosas tormentas
tropicales no consiguieron doblegar la moral del millar de acampados.
El fuerte sol matutino no tardaba en calentar. Se ocupaba puntualmente de
secar tiendas y sacos, de levantar todos los espíritus. Al poco de salir el
inmenso disco rojo, sus rayos castigaban sin clemencia el campamento. Un
fino vapor ascendía de la tierra roja para cuando se anunciaba la diana.
El chapuzón en el río o la ducha en los ³chubeiros² (duchas), distribuidos
por los diferentes ³barrios² de acampada, predisponían a una jornada
agotadora. El desayuno de por libre o la ausencia del mismo, estiraba la
mañana al máximo. Los círculos de tai-chi, yoga y demás gimnasias se
distribuían por las grandes carpas. Se trataba de sintonizarse a la mañana
³para después poder alcanzar una visión colectiva².
A continuación la plenaria era el lugar donde se tomaban todos los acuerdos
importantes para el funcionamiento autogestionado de la Aldea de Paz. Ello
evidentemente no era fácil. La enorme diversidad de orígenes espirituales,
sociales, culturalesŠ, ponía bien alto el listón de los acuerdos. A lo
larg
o
del encuentro convivieron de forma armónica desde tribus urbanas de origen
³rastafari², hasta los más espiritualistas de agrupaciones metafísicas, de
redes espirituales, o del creciente movimiento de ³Deksha², (canalización
d
e
energía superior hacia los cuerpos físicos), pasando por el más exigente
puritanismo neorrural de las numerosas gentes de ecoaldeas o seguidores de
la permacultura.
De la protesta a la propuesta
Los encuentros se la ³jugaban² en la plenaria diaria. Esta aspiraba a ser
e
l
más definido espacio de ensayo del nuevo mundo. En boca de la organización,
se trataba ³de descubrir y potencializar entre todos las llaves necesarias
para el cambio global de paradigmas, articulando en red saberes y
procedere
s
actuales y ancestrales²
Dada la escasa participación anglosajona, la gran mayoría de las
intervenciones se sucedían en portugués y español, aunque muchos de los
asistentes se manifestaron perfectos dominadores del ³portuñol², una suerte
de original mezcla de nuestros dos idiomas.
Sólo un eficaz y profesional equipo de especialistas en la técnica de
³facilitación y toma de decisiones por consenso² posibilitó el desarrollo
d
e
estas importantes asambleas. Ellos se encargaban de poner orden en los
temas, restar emocionalidad en las intervenciones, focalizar el debate
haci
a
la obtención de acuerdosŠ En ese reducido grupo internacional de genios en
la conducción de grandes y difíciles debates, jugó un papel importante el
español Ulyses, a la sazón fundador de la Red Ibérica de Ecoaldeas.
Era sin duda en la plenaria matutina donde mejor se evidenciaba los
acierto
s
y errores de ese ³fractal² (pequeña parte representativa del todo) del
nuev
o
mundo. Para fomentar la idea grupal, el gran consejo estaba regido por la
pauta de ³si planteas un problema, planteas una solución², ello impedía la
inhibición de responsabilidades. En palabras de los organizadores era
preciso ³pasar de la protesta a la propuesta, del sueño a la
materialización, de la visión a la acción, del foro de discusión a la
realización de nuestra visión colectiva².
Menú para todos
En medio de las intervenciones , unas calmas y sosegadas, otras más
encendidas, una palabra flotaba con insistencia en la asamblea
multinacional: ¡voluntarios! La escasa infraestructura demandaba
constantemente atención y extensión, pero el fuerte sol y los estragos de
la diarrea, no facilitaban el ³alistamiento².
La plenaria era seguida de los consejos de visiones, es decir reuniones
ordenadas por temas en las cuales se aunaban visiones y se adoptaban
acuerdos. Los consejos más populares fueron los de espiritualidad,
espiritualidad femenina, medio ambiente, ecoaldeas, permacultura, arte y
sanación. Tras ello venía la comida. Las enormes colas de espera se hacían
llevaderas, sabedores de que al término de las mismas nos aguardaba un
delicioso menú, confeccionado por la comunidad Hare Krishna, presente en
e
l
evento. Exóticos alimentos eran preparados siempre a ritmo de ³mantras² y
e
n
enormes cocinas de leña.
Unas tardes bien pequeñas apenas daban opción para otro espacio de
actividades. Nuevos consejos y círculos con propuestas ya libres se
distribuían por todo el campamento. Había para todos los gustos:
meditaciones variadas, danzas universales de paz, técnicas de
bioconstrucción, hierbas medicinales, cocina vegetariana, audiovisuales,
juegos grupales de movimientoŠ
Al margen de pautas organizativas, cualquiera de las sombras, por lo demás
bien preciadas, eran un espacio para alarde de tambores, concierto de
flautas, ensayo de malabares, danza libre, o espontáneo y animado canto.
Tuvo también mucho éxito el improvisado taller de pinturas en la piel. A
partir de semillas, tubérculos y cenizas se confeccionaban unos rústicas
ungüentos que adornaron los cuerpos, sobre todo en los momentos previos a
las ceremonias.
El sol se acostaba tras las pequeñas montañas que rodeaban el valle y las
altas llamas de la madera roja de eucalipto comenzaban a crepitar en el
centro ceremonial del campamento. Arrancaba el momento más sagrado del día.
A diferencia del plenario de la mañana, ese gran círculo vespertino
funcionaba con ³bastón sagrado de palabra² y en él ya no se permitía
ningun
a
intervención confrontadora. Todo el verbo allí vertido debía tener una
finalidad enaltecedora, unificadora.
Es difícil olvidar tan sublime silencio, la meditación, el canto aunado de
tantas naciones ante unas llamas soberbias. Es difícil olvidar aquellas
palabras serenas y encendidas a un mismo tiempo de los líderes de las
³tribus² espirituales allí reunidas. Tantos augurios y profecías
desembocaban en esos instantes sagrados. El bosque acunaba con sus mil y un
sonidos de fondo aquel círculo anunciado en el albor de nuestra historia,
aquellos instantes únicos.
En alguna rama, en medio de la ³foresta² envolvente, el colibrí debía
cantar, feliz de haber podido reunir en torno a las llamas a la gran
famili
a
humana.
Oportunidad histórica.
El fuego, rodeado de pechos enhiestos, desnudos, remontaba súbitamente en
altura, se engrandecía en todo su fulgor al arrojarle las ramas secas de
la
s
palmeras. Un poderoso ³OM² aupado por las voces de más de treinta naciones
diferentes inundaba el valle de Moinho. El ³Llamado de Beija Flor
(Colibrí)
²
había resonado a través de multitud de canales alternativos y espirituales
de uno y otro lado del Atlántico y las diversas ³tribus² y comunidades
espirituales arrullaban ya unas mismas, inmensas, anheladas llamas.
El soriano Pablo Bedmar máximo responsable en la programación de los actos,
nos lo había confesado entre bocado y bocado de sabrosa sandía: ³Llevábamos
tiempo buscando esta oportunidad de articulación. Estamos viviendo una
ocasión histórica, la mayor que hasta el presente hemos gozado de unificar
nuestras visiones².
³Uno no tiene el alcance de lo que siembra² nos había compartido, en
similares términos, Alberto Ruz, líder de la Caravana Arcoiris y uno de
lo
s
responsables del encuentro, a la vera de otra pequeña hoguera, una de
tanta
s
que brotaban en el inmenso campamento al callar un sol ardiente. La cosecha
estaba allí, en ese otro gran fuego inaugural del Encuentro. La cosecha
era
n
esos cantos que ascendían junto al humo y que entonaban tantas naciones,
tantas razas, tantos movimientos y colores diferentes. La cosecha estaba
allí, ante nosotros, en forma de testimonio de que en medio de condiciones
físicas difíciles, los hombres y mujeres pueden vivir, no sólo en paz ,
sin
o
también en alegría, en mutuo y constante compartir.
Arte, Ecología y Espiritualidad.
El colibrí, el ³beija flor² o ³besa-flor en castellano² es el pájaro que se
alimenta de diferentes flores y reúne diferentes perfumes. ³El Llamado del
Colibrí² era también la convocatoria para el mutuo enriquecimiento, para la
unión de las diferentes disciplinas, de los diferentes nuevos paradigmas.
Arte, Ecología y Espiritualidad latieron en sintonía durante los doce días
de acampada. Toda la vida de la Aldea estaba impregnada de un sentido de
belleza exquisita evidenciada primero en el marco exuberante de la
naturaleza y después reflejada en multitud de detalles cotidianos. Los
árboles, las pieles, las rocas se vestían de colores y era difícil ver
espacios desnudos de esa nueva vitalidad y creatividad que animaba el
evento.
La espiritualidad se manifestaba también en sus más variados registros.
Espontáneos rituales de hombres y mujeres cantando y danzando desnudos a
ritmo de intenso tambor, bajo una noche de aguaceros, precedían a mañanas
alboreadas a ritmo de elevadas y místicas melodías.
La ecología ni siquiera se mentaba pues todo era una constante reinventar,
reutilizar, recrearŠ para no tirar nada, para no despreciar objeto alguno,
para sumarse a la pauta universal de que todo tiene su razón de ser, de que
sólo hay que ubicar la supuesta ³basura² en su función precisa, encontrarle
finalidad apropiada.
Utopía y realidad.
Cantaba un poderoso colibrí al otro lado de las aguas y sabíamos que
debíamos estar presentes, que debíamos volar y arrimarnos a su árbol. Había
que intentar una vez más aunar anhelo de eternidad con esperanza de
fraternidad, conciliar filiación divina y fraternidad humana; había que
estar en el encuentro de la esperanza, por ello hicimos paréntesis en
nuestros quehaceres habituales.
No queríamos perder esa cita. Algo desde adentro nos empuja a estar en el
epicentro donde se gestan los más elevados sueños. Algo nos impele a
salta
r
océanos a penetrar selvas y presentarnos allí donde se gesta la nueva
humanidad.
A estas alturas de nuestro caminar colectivo se hacia preciso demostrar que
gentes de muy diferentes países y orígenes culturales, de diferentes razas
y colores, sabíamos y podíamos vivir juntos en armonía, nutriéndonos ,
aprendiendo los unos de los otros.
Utopía y realidad entablaron duro duelo en un paraje de tropical belleza.
Muchas utopías vencieron. Otras se quedaron a medio camino a la espera de
u
n
nuevo impulso, rendidas quizás por el calor, a la espera de nueva visión y
madurez. No se materializa de repente en su óptima versión una Aldea
universal de Paz. Son imprescindibles las mil y un pruebas y ensayos. En
es
e
sentido todas las tentativas pulsadas con corazón son válidas y el ³otro
mundo² es más posible tras el canto del colibrí en el Valle del Moinho, en
el corazón de Brasil.
³Corazón cristal del planeta².
El colibrí alegre y acuariano no anidó por casualidad en tan singular
región. Alto Paraíso es para Brasil lo que Capilla del Monte para Argentina
o Glastonbury para InglaterraŠ, verdadero polo aglutinante de gentes
movidas por un anhelo de búsqueda y crecimiento. Es curioso observar la
gra
n
cantidad de establecimientos ³especializados² que se levantan a uno y otro
lado de su principal avenida. Posadas ecológicas, teterías de originales
brebajes y bizcochos, consultas astrológicas, aulas de desarrollo personal,
restaurantes vegetarianos, agencias de exóticos viajes, herbolariasŠ
conforman el entramado de su floreciente economía alternativa.
Los comuneros de ³la Flor de Ouro² aludían al fuerte impacto de irradiación
que el entorno ejerce sobre los visitantes. Thomas, el Enlazador, la cabeza
organizadora de la parte brasileña, se refería a la zona de Alto Paraíso
como el ³corazón cristal del planeta², el lugar que ³activa las memorias²,
entorno, entre otras cosas, ³distinguido por sus frecuentes avistamientos
d
e
ovnis².
Babilónico instrumento.
No había horarios para las actividades. ³¿Hora del comienzo de la plenaria
en la gran carpa de la Caravana Arco Iris por la Paz? No se sabe, no
contesta².
Todo obedecía o trataba de obedecer a un ³orden sincrónico². El reloj era
u
n
objeto luciferino que muy pocos nos arriesgábamos a llevar en la muñeca. Se
trataba de comenzar a sintonizarse telepáticamente en una sincronía más
natural y menos artificial.
La pequeña máquina para medir las horas fue objeto de encendido debate. La
inmensa mayoría de los asistentes denostaban el uso de la esfera con
agujas
.
De hecho apenas se mencionaban horarios, con lo que, a falta de mayor
ajust
e
telepático, ello comportaba a menudo de desorden en el comienzo y
finalización de actividades. ³Cuando el sol llegue a su punto álgido,
cuand
o
se meta en la montaña, nos citamosв
Tanto para los organizadores como para buena mayoría de los participantes,
el reloj constituía un instrumento ³babilónico². ³Babilonia² es el nombre
con el cual el ³Movimiento 13 lunas² y su inspirador, el americano José
Argüelles define el actual paradigma civilizacional basado en el calendario
gregoriano.
Misterioso virus.
Es probable que el acerbo colectivizante hiciera de la enfermedad un
aspecto nuevo a compartir. Sobre el campamento se cebó un poderoso virus
capaz de instalarse y solazarse en los más variados cuerpos. La diarrea
desatada afectó a cientos de personas. Buena parte del campamento hubo de
pasar en su momento por el denominado ³proceso², que según la fortaleza del
cuerpo adquiría mayor o menor virulencia.
Nadie, ni siquiera las autoridades sanitarias personadas al efecto, acertó
con el origen de esta afección colectiva, que en algún momento llegó a
tumbar a una quinta parte de los asistentes. Unos veían su origen en el
agua, otros en el calor, otros en la energía poderosa del lugar, otros en
las letrinas secas, pues a pesar de su sofisticación y riguroso manual de
buen uso, concitaban auténticas nubes de moscasŠ
En la cruzada contra el virus el abanderado fue el médico maño Luis
Herrero, que no se levantó de la cabecera de las decenas de enfermos que
diariamente llegaban al improvisado hospital.
Koldo Aldai
Equipo de Portal Dorado
www.portaldorado.com
Otros enlaces relacionados:
www.ochamado.org
www.yahoogroups.com/community/redluzbrasil
-----------------------
=~=======================
========================
===================~=
~ ¡ Gane Dinero jugando a la Ruleta ! ~
Diviertase jugando y gane hasta 200$ por hora con nuestros sistemas
de ruleta probados anteriormente.
->> http://egrupos.net/z/df.24ecb <<-
=~=======================
========================
===================~=
-~--------------------------------------------------------------------~-
-~--------------------------------------------------------------------~-
SYSNET - Servicios y Soluciones Web
Dominios, Hosting y Diseño Web Personalizado
Mantenimiento y actualización de Webs.
CLIC AQUI ==>> http://www.elistas.net/pr/579
--~------------------------------------------------------------------~--
Compra o vende de manera diferente en www.egrupos.net
|