La bondad carece de motivo
25 DE
FEBRERO
Si tengo un motivo para ser bueno, ¿origina bondad eso? ¿O la
bondad es algo enteramente exento de este impulso deliberado de ser bueno, el
cual se basa siempre en un motivo? Lo bueno, ¿es lo opuesto de lo malo, lo
opuesto del mal? Todo opuesto contiene la semilla de su propio opuesto, ¿no es
así? Existe la codicia y está el ideal de no codicia. Cuando la mente persigue
la no codicia, cuando trata de ser no codiciosa, sigue siendo codiciosa, porque
trata de ser «algo». La codicia implica desear, adquirir, expandir; y cuando la
mente ve que ser codiciosa no rinde provecho, desea ser no codiciosa; de modo
que el motivo es aún el mismo, o sea, el de ser o adquirir alguna cosa. Cuando
la mente anhela no desear, sigue estando allí la raíz del anhelo, del deseo. En
consecuencia, la bondad no es lo opuesto del mal; es un estado por completo
diferente. ¿Qué es ese estado?
Obviamente, la bondad carece de motivo, ya que
todo motivo se basa en el «yo», que es el movimiento egocéntrico de la mente.
¿Qué entendemos, pues, por bondad? Ciertamente, hay bondad tan sólo cuando hay
atención total. La atención es sin motivo. Cuando existe un motivo para la
atención, ¿hay atención? Si presto atención para adquirir algo, la adquisición,
ya sea buena o mala, no es atención; es una distracción, una división. Puede
haber bondad únicamente cuando hay totalidad de atención; en esa atención total
no hay esfuerzo para ser o para no ser.
KRISHNAMURTI