El anhelo es siempre anhelo
13 de Marzo.
Para
evitar el sufrimiento cultivamos el anhelo. Estando prevenidos de que el apego
tarde o temprano acarrea dolor, queremos desapegarnos. El apego es
satisfactorio, pero al percibir el dolor que lleva en sí, queremos satisfacernos
de otra manera, por medio del desapego. El desapego es lo mismo que el apego en
tanto depare satisfacción. Lo que realmente buscamos, pues, es satisfacción;
anhelamos estar satisfechos por cualquier medio que sea.
Dependemos o nos
apagamos porque ello nos brinda placer, seguridad, poder, una sensación de
bienestar, aunque involucre dolor y miedo. Buscamos el desapego también por
placer, a fin de no ser lastimados, heridos internamente. Nuestra búsqueda es de
placer, gratificación. Sin condenar ni justificar, debemos tratar de comprender
este proceso, porque a menos que lo comprendamos, no hay salida para nuestra
confusión y nuestras contradicciones. ¿Puede nuestro anhelo satisfacerse alguna
vez o es un abismo sin fondo? Ya sea que anhelemos lo bajo o lo alto, el anhelo
es siempre anhelo, una llama ardiente, y lo que puede ser consumido por ella,
pronto se convierte en cenizas; pero el anhelo de satisfacción permanece ahí,
ardiendo siempre, consumiendo siempre; no termina jamás. El apego y el desapego
atan por igual, y ambos deben ser transcendidos.
Krishnamurti