El deseo ha de ser comprendido
3 DE
ABRIL
Sigamos examinando el deseo. Conocemos, ¿no es así?, el deseo, el cual
se contradice a sí mismo, se tortura, empuja en direcciones diferentes;
conocemos la pena, el trastorno, la ansiedad del deseo, y los intentos de
disciplinarlo, de controlarlo. Y en la perpetua batalla que sostenemos con él lo
retorcemos fuera de toda forma reconocible; pero está ahí, constantemente
vigilando, aguardando, apremiando. Haga uno lo que hiciere, sublime el deseo,
escape de él, lo rechace, lo acepte o le dé rienda suelta... está siempre ahí. Y
sabemos cómo los instructores religiosos y otros han insistido en que debemos
estar exentos de deseos, cultivar el desapego, lo cual es realmente absurdo,
porque el deseo ha de ser comprendido, no destruido. Si ustedes destruyen el
deseo, pueden destruir la vida misma. Si desnaturalizan el deseo, si lo moldean,
lo controlan, lo dominan, lo reprimen, pueden estar destruyendo algo
extraordinariamente bello.
KRISHNAMURTI