"Fórmula para
crecer" por Pilar Sordo (psicóloga y
escritora chilena)
Mi
percepción a medida que envejezco es que no hay
años malos. Hay años de fuertes aprendizajes y
otros que son como un recreo, pero malos no son.
Creo firmemente que la forma en que se debería
evaluar un año tendría más que ver con cuánto
fuimos capaces de amar, de perdonar, de reír, de
aprender cosas nuevas, de haber desafiado
nuestros egos y nuestros apegos. Por eso, no
debiéramos tenerle miedo al sufrimiento ni al
tan temido fracaso, porque ambos son sólo
instancias de aprendizaje.
Nos cuesta mucho entender que la vida y
el cómo vivirla depende de nosotros, el cómo
enganchamos con las cosas que no queremos,
depende sólo del cultivo de la voluntad. Si no
me gusta la vida que tengo, deberé desarrollar
las estrategias para cambiarla, pero está en mi
voluntad el poder hacerlo. “Ser feliz es una
decisión”, no nos olvidemos de
eso.
Entonces,
con estos criterios me preguntaba qué tenía que
hacer yo para poder construir un buen año 2011
porque todos estamos en el camino de aprender
todos los días a ser mejores y de entender que a
esta vida vinimos a tres
cosas:
-a aprender a amar
-a
dejar huella
-a ser
felices
En
esas tres cosas debiéramos trabajar todos los
días, el tema es cómo y creo que hay tres
factores que ayudan en estos
puntos:
-Aprender a amar la
responsabilidad como una instancia de
crecimiento. El trabajo sea remunerado o
no, dignifica el alma y el espíritu y nos
hace bien en nuestra salud mental.
En Chile
el significado del cansancio es visto como algo
negativo de lo cual debemos deshacernos y no
cómo el privilegio de estar cansados porque eso
significa que estamos entregando lo mejor de
nosotros. A
esta tierra vinimos a cansarnos, para dormir
tenemos siglos
después.
-Valorar la libertad
como una forma de vencerme a mi misma y
entender que ser libre no es hacer lo que yo
quiero. Quizás el 2011 deberíamos ejercer
nuestra libertad haciendo lo que debemos con
placer y decir que estamos felizmente agotados y
así poder amar más y mejor.
-El
tercer y último punto a cultivar durante el 2011
es el desarrollo de la fuerza de
voluntad, ese maravilloso talento de
poder esperar, de postergar gratificaciones
inmediatas en pos de cosas mejores. Este a mi
juicio es el gran elemento a educar no sólo el
2011 sino que durante todo el siglo
XXI.
Es dentro de todo este
trabajo donde nos debiéramos concentrar en
sentarnos en la mesa en familia, mínimo una vez
a la semana, ojala todos los
días.
Apagar
las pantallas mientras estamos comiendo, no
contestar teléfonos, sentir que los únicos
ruidos que se escuchan sean los de nuestras
voces.
Hacernos
cariño y tratarnos bien como país y como
familia, saludarnos en los ascensores, saludar a
los guardias, a los choferes de las micros,
sonreír por lo menos una o varias veces al día.
Querernos.
Crear
dentro de nuestras casas, hogares, y para eso
tiene que haber olor a comida, cojines
aplastados y hasta manchados, cierto desorden
que acuse que ahí hay vida. Nuestras casas
independientes de los recursos se están
volviendo demasiado perfectas que parece que
nadie puede vivir
adentro.
Tengamos
contacto con la naturaleza, juguemos, riamos y
démonos el tiempo de compartir con los abuelos,
imprimámosle las fotos para que las vean como a
ellos les gusta y disfrutemos de sus sabidurías.
Obliguemos a nuestros hijos a compartir con
ellos, así entenderán sus
historias.
Tratemos
de crecer en lo espiritual, cualquiera sea la
visión de ello. La trascendencia y el darle
sentido a lo que hacemos tiene que ver con la
inteligencia del nuevo siglo: la inteligencia
espiritual.
Tratemos
de dosificar la tecnología y demos paso a la
conversación, a los juegos “antiguos”, a los
encuentros familiares, a los encuentros con
amigos, dentro de casa. Valoremos la intimidad,
el calor y el amor dentro de nuestras
familias.
Si
logramos trabajar en estos puntos y yo me
comprometo a intentarlo habremos decretado ser
felices, lo cual no nos exime de los problemas,
pero nos hace entender que la única diferencia
entre alguien feliz o no, no tiene que ver con
los problemas que tengamos sino que con la
ACTITUD con la cual enfrentemos lo que nos
toca.
El 2011
vendrá con lo que tenga que venir, todo será
necesario y maravilloso, lo bueno, lo malo, lo
bonito y lo feo, acojámoslo con amor y con
gratitud y con el alma abierta a todo lo que
tendremos que aprender de él. FELIZ 2011, y que
Dios los bendiga a
todos."