Un contentamiento que no es de la mente.
29 de
agosto.
¿No es esencial el descontento? ¿No es para que se
lo sofoque, sino para que se lo estimule? para que se inquiera en él, se lo
investigue, de modo tal que, con la comprensión de lo que es, advenga el
contentamiento. Ese contentamiento no lo produce un sistema de pensamiento, sino
que adviene con la comprensión de lo que es. Tal contentamiento no es un
producto de la mente, de la mente perturbada, agitada, incompleta, que está
buscando la paz, un modo de escapar de lo que es. Por eso la mente, mediante la
justificación, la comparación, el juicio trata de alterar lo que es, y de ese
modo espera llegar a un estado en el que no se verá perturbada, en el que podrá
estar en paz, en el que habrá sosiego. Y cuando la mente es perturbada por las
condiciones sociales, la pobreza, el hambre, la degradación, por la miseria más
horrorosa, al ver todo eso, quiere cambiarlo, y se enreda en los modos de
cambiarlo, en los sistemas. Pero si nuestra mente es capaz de considerar lo que
es, sin comparar ni juzgar, sin el deseo de convertir lo que es en otra cosa,
veremos que adviene una clase de contentamiento que no es de la mente.
El
contentamiento que es producto de la mente es un escape. Es estéril. Es algo
muerto. Pero existe un contentamiento que no es de la mente, el cual surge
cuando comprendemos lo que es, en ese contentamiento hay una revolución profunda
que afecta a la sociedad y a la relación individual.
Krishnamurti.