EL AMOR DE UNA MASCOTA.
Mi amiga Pamela y su esposo Guillermo
encontraron un perro joven a la orilla de la carretera un día de lluvia y frío.
Sintieron que no podían dejarlo,
así que lo llevaron a su casa con la
intención de encontrarle un hogar entre sus conocidos. Como se pueden imaginar.
el pequeño creció con ellos y pronto se convirtió en el tercer miembro de la
familia. El perro, Sammy, se acercó mucho más a Guillermo que a Pamela, tal vez
porque él adoraba los perros.
Mientras Guillermo estaba en el trabajo
Sammy permanecía afuera persiguiendo conejos, cuises, o simplemente echado en
cualquier lugar que le parecía cómodo.
Después de un año, Pamela
desarrolló un grave problema en su espalda. Llegó a ser tan doloroso que tuvo
que dormir en el suelo a espera de la cirugía
se encontró con que,
incluso durante el día, le era necesario tenderse en el suelo para soportarlo.
Inmediatamente Sammy se acostó junto a ella. Ni siquiera se movía por agua o
comida. Acurrucado junto a ella, ponía su cuerpo caliente sobre el área
dolorida. Tampoco salía a la calle para hacer sus necesidades.
Guillermo
tenía que empujarlo con todas sus fuerzas para que lo hiciera, y tan pronto como
las efectuaba, de inmediato volvía al lado de Pamela. Tuvieron asimismo que
llevar los recipientes de alimento y agua a donde mi amiga yacía
dolorida.
Después de la cirugía, Sammy estaba junto a la cama de Pam día
y noche. Cuando salía a la terraza para tomar el sol por la tarde, Sammy
permanecía firme a sus pies. Si ella se acercaba a su marido, además de situarse
entre ellos emitía un sonido que sin duda significaba algo así como , "No te
acerques más. Ella está bajo mi protección."
En unas pocas semanas Pam se
recuperó muy bien y regresó a sus actividades normales. Al ocurrir esto Sammy
volvió a sus actividades normales también, persiguiendo conejos y cuises, sin
prestar atención a Pam en absoluto, tal como lo había hecho en el pasado. Él
pareció darse cuenta de que había completado su tarea.
Por mi parte, he
tenido hermanos del reino animal,más que amados. En Una ocasión hace más de
veinte años, viviendo sola con mis dos gatas angoritas,tuve repentinamente una
hemorragia uterina. No tenía teléfono ya que era una vivienda de pueblo,
apartada. Mis gatas nunca entraban a mi habitación,ya que por
ese
entonces no me gustaba que llenaran todo de pelos (ahora duermo rodeada).
Entraban y salíann a la sala, a la cual tenían acceso,
por una pequeña
ventana que siempre dejaba abierta.
Con mucho dolor y hemorragia me
acosté y una de ellas se ingenió para abrir la puerta,entrar a la habitación y
se echó encima de mi panza. Ni siquiera atiné a quitarla ya que estaba sola, con
miedo, y su compañía me confortaba. Permaneció conmigo todo un día. Al siguiente
salió,fue a mi baño; en el agujero de la relijja orinó y volvió a mi
panza.
Una amiga,como no tenía noticias mías,se llegó bajo una intensa
lluvia a verme y me encontró allí. No podía ni tocarme sin que la amorosa Lola,
que era el nombre de mi querida custodia,le advirtiera con un maullido. Al fín
yo misma la aparté para levantarme y poder trasladarme a un hospital en el
automóvil de mi amiga.
Yo me siento honrada de ser amada por mis
animales, y a la vez, los amo y protejo.a ellos y a cuantos encuentro; mas
aquéllos que se nos han puesto en el camino, es porque su evolución y la nuestra
están enlazadas.
Un animal que no por casualidad está con nosotros nos
trae del Depósito Universal de energía, mucha sanación o al menos alivio. Son
trasmisores de energía,la misma que se utiliza en el reiki, y recién hace poco
los médicos han comenzado a aceptar que los enfermos que tienen una mascota se
reestablecen antes.
Puede ser que ellos solo consideren que el alivio
proviene de la compañía o el amor del animal que le hacen aliviar, y por una
parte es así, mas por la otra, ya hace mucho los maestros iniciados, enseñaban
que muchos animales por amor trasmutan una enfermedad, o aceptan sufrirla ellos
y sacrificarse, mientras la enfermedad desaparece en su dueño.
Por otro
lado, nosotros los humanos, teniéndoles cerca y tratándole como lo haríamos con
un hermano humano, contribuímos a que ese animal amado, cuya alma
aún es
colectiva,se individualice y pueda en breve pasar a reencarnar como alma
individual humana. Consideren esa maravillosa tarea.
Tenemos con ellos
una relación en la que ambos bandos ponen su energía en juego para el bien del
otro.
Que los animales tiene poderes que nosotros hemos olvidado, ni
dudarlo, y si no basta recordar a Oscar, el gato que vive en un Hogar de
Ancianos y recorre las camas con los médicos. Cuando Oscar se acuesta a los pies
de un anciano y no permite que se le saque de allí, ese anciano muere .y no por
que él tenga algo que ver, sino que posiblemente vea el aura y en ella la
emanación del alma lista para salir del cuerpo, cosa que se comienza a producir
varios días antes de la partida. Oscar es infalible, y los médicos así lo han
constatado.
Por todo ese potencial, servicio y amor que prodigan, es
momento de dejar de considerar a los animales como nuestra comida,nuestro
divertimento o nuestra ganancia para recibirlos en nuestros corazones como
hermanos pequeños que nos necesitan para evolucionar más rápidamente y a los
cuales debemos tanto,
no solo por su fidelidad, sino por las torturas que
como reino están día a día experimentando en laboratorios, mataderos, corridas
de toros, circos,etc.
TODOS LOS REINOS TIENEN QUE ASCENDER CON
NOSOTROS.TRATEMOS DE CONCIENCIAR A CADA UNO QUE SE CRUCE EN NUESTRAS VIDAS DEL
INFINITO AMOR QUE EN ELLOS NOS COMPROMETIMOS A VOLCAR ANTES DE
REENCARNAR.
CON AMOR-
Su Hermana Tahíta
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