Una mente joven.
17 de octubre.
Pienso que el esfuerzo constante por ser alguna
cosa, por llegar a ser esto o aquello, es la verdadera causa de destrucción y
envejecimiento de la mente. Mire con cuánta rapidez envejecemos, no sólo las
personas que han pasado los sesenta años, sino también la gente joven. ¡Qué
viejos están ya, mentalmente, los jóvenes! Muy pocos sostienen o conservan la
calidad de una mente joven. Entiendo por joven no la mente que tan sólo desea
divertirse, pasarlo bien, sino la mente incontaminada, que no está dañada,
falseada, deformada por los accidentes o incidentes de la vida, una mente no
desgastada por la lucha, la pena, los esfuerzos constantes. Por cierto, es
indispensable tener una mente joven, porque la vieja mente está tan llena de
cicatrices de recuerdos, que no puede vivir, no puede ser seria; es una mente
muerta, una mente que ya ha decidido y vive conforme a sus decisiones; una mente
así está muerta. Pero una mente joven está siempre decidiendo de nuevo y no se
carga de innumerables recuerdos. Una mente que no lleva consigo ni un vestigio
de sufrimiento, aunque pueda pasar por el valle del dolor, permanece indemne
[...].
No creo que una mente joven como ésa pueda adquirirse. No es cosa que
usted pueda obtener mediante el esfuerzo, el sacrificio. No hay moneda para
comprarla, no es algo comerciable; pero si ve la importancia de una mente así,
si ve su necesidad, su verdad, entonces tiene lugar algo diferente.
Krishnamurti.