Morir cada día.
10 de noviembre.
¿Qué es la edad? ¿Es el número de años que uno ha vivido? Eso forma parte
de la edad; uno ha nacido en tal y tal año, y ahora tiene quince, cuarenta o
sesenta años. El cuerpo envejece, y lo mismo ocurre con la mente cuando está
cargada con todas las experiencias, desdichas y fatigas de la vida; y una mente
así jamás puede descubrir qué es la verdad. La mente puede descubrir algo sólo
cuando es joven, fresca, inocente; pero la inocencia no es una cuestión de edad.
No sólo el niño es inocente puede no serlo-, sino la mente que es capaz de
experimentar sin acumular los residuos de la experiencia. La mente tiene que
experimentar, eso es inevitable. Tiene que responder a todo, al río, al animal
enfermo, al cuerpo muerto que llevan para la cremación, a los pobres aldeanos
que transportan sus cargas por el camino, a las torturas y miserias de la vida;
de lo contrario, la mente ya está muerta. Pero tiene que ser capaz de responder
sin quedar atrapada en la experiencia. La tradición, la acumulación de
experiencias, las cenizas de la memoria, todo eso es lo que envejece a la mente.
La mente que muere cada día a los recuerdos del ayer, a todas las alegrías y los
dolores del pasado, una mente así es lozana, inocente, no tiene edad; y sin esa
inocencia, ya sea que uno tenga diez años o sesenta, no encontrará a Dios.
Krisnamurti.